la misericordia de Dios nace cada día cuando las luces del sol se encuentran con nosotros mismos
hemos sido elegidos para ser amados un día más
hemos sido elegidos para amar un día más
sin embargo hay días donde el ánimo de nuestro ambicioso corazón está muy abajo
circunstancias y sentimientos me abaten y me apachurran por dentro
"oh, Señor, ya no sé que decirte, todo lo que siento y pienso lo sabes
habitas en mi mente, en mi corazón y lo escudriñas todo
me muestras mi verdad a través de mis sueños
y yo siento vergüenza de sentir y pensar aún todas esas cosas
Señor, me diste la libertad de elegir desde mi nacimiento y mi tiempo en esta tierra está contando
pero has estado desde mi principio y sabes mi final
sabes en que fallé y sabes en que volveré a fallar, pero Señor, yo no quiero volver a fallarte
sin embargo me encuentro hoy, postrada, sentada, con la cabeza abajo, sin poder decir nada
siento lo mismo que siempre
me duele lo mismo que siempre
extraño lo mismo de siempre
y aunque tu voluntad es muy clara y no dudo en absoluto que esto viene
para tu Gloria y para mi beneficio
me duele, Señor, pero no dejaremos de hacer lo acordado
no dejaremos de cantar ni de alegrarnos de todo lo que mis ojos puedan ver hoy, mañana, siempre."
abro la biblia después de esto y me encuentro:
¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó fuerza, y no me quedó aliento. Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Habla mi señor, porque me has fortalecido.
Daniel 10: 17-19
Y aunque afligido y necesitado, el Señor pensará en mi, no te tardes.